Espero que les guste:
Erase una vez, en un lugar muy pequeño, oscuro y
húmedo, llamado glándula lagrimal, dos pequeñas gotas de aguas comúnmente
llamadas lágrimas.
Estás
pequeñas amigas estaban formadas de agua, glucosa, proteínas, sodio y potasio. Ninguna
de ellas sabía cual era su función en la vida, así que simplemente pasaban el
tiempo jugando en la glándula lacrimal y tratando de adivinar lo que el futuro
les depararía. Lo que ellas no sabían es que ese futuro estaba más próximo de
lo se imaginaban, así que en un corto
plazo de tiempo y sin que ellas lo esperasen, sintieron la fuerza absorbente de
la gravedad que las llevaba a través de unos pequeños conductos hacia…. ¿hacia
dónde?-gritó una de ellas?, sin dar tiempo a una contestación, estás pequeñas
amigas se encontraron en un lugar con muchísima luz. Las dos lágrimas estaban un poco
asustadas pues no sabían que hacer en ese lugar, hasta que oyeron una voz que
les dijo:
- ‘’Muchas gracias mis pequeñas amigas. Yo
soy la cornea, una parte muy importante del conjunto del ojo humano. Yo soy el
que todo lo ve. Gracias a ustedes me mantengo limpia, húmeda, nutrida y
protegida ante el sol, y además me ayudan a suavizar el movimiento de los
párpados, los cuales me protegen de agentes externos.
Al oír esto, las
pequeñas amigas se sintieron tan felices y útiles que desearon pasar el resto
de su vida en la cornea. Sin embargo, estos deseos duraron muy poco tiempo. De
repente, y sin saber por qué, un fuerte golpe azotó el cuerpo del humano en el
cual ellas habitaban. El humano se había caído de una bicicleta e instantáneamente
un torbellino de lágrimas empezaron a abordar la cornea. El ojo estaba tan
lleno de lágrimas que estás empezaron a desbordarse.
Una de las amigas cayó hacia abajo
deslizándose por la mejilla, y fue evaporándose poco a poco mientras que la
otra hallándose cerca de la orilla del ojo, fue a parar a las fosas nasales a
través del saco lagrimal, allí se evaporó
también debido al paso del aire por la nariz. Ambas, subieron muy muy
muy alto hasta alcanzar las nubes. Les gustaba mucho estar allí, porque podían
verlo todo desde lo alto. Pero… ¿creen ustedes que las pequeñas lágrimas o
pequeñas gotas de agua pasarían mucho tiempo allí? Otra vez y sin que ellas lo
esperasen unos fuertes temblores agitaron las nubes y miles de gotas de agua
empezaron a caer a tierra. Así, vemos como estás pequeñas amigas comenzarían
otra vez una de sus muchas intrépidas aventuras, en un abrir y cerrar de ojos.
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